La depresión es un trastorno mental común que afecta a personas de todas las edades. Según el National Institute of Mental Health, alrededor del 3,3 por ciento de los adultos en los Estados Unidos experimentan un episodio depresivo mayor en cualquier momento dado. La depresión infantil es una condición similar, pero los síntomas pueden ser diferentes en niños y adolescentes. Los niños con depresión pueden mostrar síntomas físicos, conductuales y emocionales.
Los niños con depresión pueden mostrar una variedad de síntomas, que pueden incluir tristeza persistente, pérdida de interés en actividades que solían disfrutar, cambios en el apetito, cambios en el peso, cambios en el sueño, irritabilidad, falta de energía, dificultad para concentrarse, sentimientos de culpa, sentimientos de inutilidad o de desesperanza, dolores y malestares físicos, dificultad para socializar, aislamiento y pensamientos suicidas.
¿Cómo se detecta la depresión infantil? Síntomas y tratamiento
La depresión infantil es una enfermedad mental grave que requiere tratamiento. Los niños con depresión pueden mostrar una variedad de síntomas, que pueden incluir tristeza persistente, irritabilidad, pérdida de interés en actividades, dificultades para concentrarse, cambios en el apetito, alteraciones del sueño, cansancio extremo, culpa excesiva, dificultades para socializar y pensamientos negativos acerca de sí mismos. Si su hijo muestra alguno de estos síntomas, es importante buscar ayuda de inmediato.
¿Cuáles son los primeros síntomas de la depresión? – Aprende a identificarlos
La depresión es una enfermedad mental que afecta el modo en que una persona se siente, piensa y actúa. Los síntomas de la depresión pueden incluir cambios de humor, tristeza, pérdida de interés en actividades que antes disfrutaba, pérdida de energía, dificultad para concentrarse, cambios de apetito y peso, insomnio o exceso de sueño, dolor físico, sentimientos de culpabilidad, dificultad para pensar o tomar decisiones, y pensamientos recurrentes de muerte o suicidio. Si bien es cierto que todos experimentamos tristeza o pérdida de interés en algún momento de nuestras vidas, estos sentimientos suelen ser pasajeros y no interfieren significativamente con nuestra capacidad de funcionar. En cambio, la depresión es una enfermedad que puede ser debilitante y duradera, y que requiere tratamiento.
¿Cómo se cura la depresión en niños? – Los mejores tratamientos y consejos
La depresión es una enfermedad grave que afecta a niños de todas las edades. Aunque la depresión es más común en adultos, los niños también pueden experimentarla. La depresión en niños se caracteriza por los mismos síntomas que la depresión en adultos, pero puede manifestarse de manera diferente. Los niños con depresión pueden experimentar tristeza, irritabilidad, falta de energía, dificultades para concentrarse, cambios en el apetito y el sueño, entre otros síntomas.
Los niños con depresión pueden beneficiarse de tratamientos como la psicoterapia, la medicación o ambos. Es importante que los niños con depresión reciban tratamiento de un profesional de la salud mental, ya que la depresión no suele mejorar por sí sola. Si sospecha que su hijo puede estar deprimido, hable con el pediatra o un psicólogo infantil para obtener ayuda.
La depresión es una enfermedad grave que afecta a muchos niños y adolescentes. Si sospecha que su hijo puede estar deprimido, busque ayuda de inmediato. Los niños y adolescentes con depresión pueden tener problemas para rendir en el colegio, caer en conductas autodestructivas y, en algunos casos, llegar a pensar en el suicidio.
Los niños con depresión pueden mostrar una variedad de síntomas, que incluyen tristeza persistente, perder el interés en las actividades que solían disfrutar, cambios en el apetito, dificultad para conciliar el sueño, irritabilidad, falta de energía, dificultad para concentrarse y pensamientos negativos sobre sí mismos. Si un niño muestra alguno de estos síntomas durante un período prolongado de tiempo, es importante hablar con un médico o un proveedor de atención médica para obtener un diagnóstico y el tratamiento adecuados.